Liderazgo Ejemplar: ¡Necesitamos voluntarios! ¿Quién se alista?
Publicado por Borja Milans del Bosch el Mar 3, 2015 en Noticia | Comentarios desactivados en Liderazgo Ejemplar: ¡Necesitamos voluntarios! ¿Quién se alista? Poco a poco podemos encontrar más superficie escrita en los periódicos especializados y más entradas en los medios digitales en los que se aborda el tema del Liderazgo Ejemplar. Esto, que sin duda se revela como un indicador esperanzador, es insuficiente mientras las decisiones de las personas que gestionan las áreas de desarrollo y formación de las organizaciones, muestren escasa acogida operativa. Ahora los profesionales queremos algo más sólido, más tangible, algo que podamos «llevarnos puesto» a todas partes… Aquí, el liderazgo ejemplar tiene mucho espacio por conquistar junto a los valores humanos. Si bien el liderazgo es una competencia valorada en todo profesional que se precie (recordemos el modelo de gestión por competencias), parece que el Liderazgo Ejemplar todavía tiene mucho espacio que ganar bajo de la piel de las personas y, por consiguiente, en las culturas corporativas. Parecía que el liderazgo consistía en hacer que unos y otros tirasen del carro de proyectos invirtiendo esfuerzo en horas de trabajo para con ello, alcanzar y hacer alcanzar unos resultados medibles en porcentajes o ratios. Algo así como llevar la bandera del equipo y que todos se esfuercen por anotar tantos mientras siguen el camino que traza el abanderado. Sin embargo, hace falta algo más que enarbolar una bandera (proyecto o equipo concreto) y anotar tantos (lograr resultados), hace falta abordar el plano humano del profesional, el fondo antropológico de su existencia, aquellos planos que le dan sentido a su existencia y a sus quehaceres de trabajo. Reflexionando un poco, nos damos cuenta que nadie puede ser mejor profesional que persona y que el liderazgo ejemplar comienza en la persona y se desborda a todas las facetas de su vida, incluida la profesional. Nunca al revés. Pretender formar líderes sólidos para lo profesional, en lo técnico, el conocimiento, la experiencia y las habilidades, se evidencia inconsistente cuando quitamos de nuestro horizonte la importancia de la dimensión humana de la persona. Cuando un ingeniero, economista, abogado, periodista, militar, creativo, medico, político, aparejador, analista o policía adquiere unos niveles de desempeño elevados y de alto rendimiento, sin duda nos puede llamar la atención, pero cuando su trato, además, destila cercanía, respeto, coherencia, rectitud, actitud y credibilidad, y están a la altura de la humildad del que los despliega con la naturalidad de sus comportamientos, nos arrastra y los queremos en nuestros equipos. En un pasaje del evangelio, encontramos la siguiente afirmación: “No imitéis su conducta,...Leer más