¿Envidia sana o Admiración?

Recientemente, tras una intensa sesión de coaching, me dijeron lo siguiente: «Qué envidia más sana -así matizó su expresión- me das al trabajar y dedicarte a algo que te apasiona». Tras esas palabras escuche más cosas –aunque no fueron dichas- y llegué a una conclusión que ahora comparto con vosotros en este blog. En relación con la envidia y partiendo de una definición que a lo mejor, es un poco «dura», se me dispara lo siguiente: Envidia: La necesidad de querer para sí, arrebatar y culpabilizar (o incluso destruir, en casos extremos) a otra persona –desde el ego-, por una posesión, circunstancia, status o dominio no tenido, debido a un sentimiento de amenaza, desigualdad e inferioridad que nos genera y a la incapacidad que tenemos de sentirnos satisfechos con lo propio (material, emocional, espiritual, circunstancial). Partiendo de esta definición, en ningún caso la envidia es buena y, más allá, tampoco cabe la «envidia sana». Ninguna envidia es sana, todas son malsanas, contaminan y nos hacen miserables. Esta emoción sale del ser humano y es tristemente aprendida. La palabra «envidia» viene del latín «in» dentro –> «video» ver => «in-vidia» significa mirada desde dentro con malos ojos. En este sentido, la frase atribuida a Jesús de Nazaret, «Nada que venga de fuera puede contaminarte; sólo lo que sale de ti, lo hace» da sentido al malestar que genera una actitud nociva para las personas y cómo nos afecta en las relaciones con otros, sea en el ámbito en el que sea. ¿Envidia sana? Nunca será sana en tanto haya una mirada deformada, una comparación o juicio subjetivo, un deseo de arrebatar-tener, de destruir por ego en algunos casos, e incluso culpabilizar a otros desde el victimismo y el auto sabotaje. Ningún comportamiento puede ser bueno si va en contra del Ser. Podemos convertir la mal llamada envida sana en “Admiración”, cuando vemos al otro desde nuestro Ser, con el corazón, desde la inteligencia emocional, cuando nos alegramos por sus progresos, circunstancias, ventajas o posibilidades, compartiendo sus logros, emociones, resultados y/o momentos de superación. Cuando somos generadores de espacio de convivencia profesional. La palabra «admirar» viene de AD (añadir, más) y de MIRAR (ver) = Ver más en el otro/a, ver en él/ella lo mejor. P.ej: Qué envidia sana me das por tu promoción a Director/a, cuánto me alegro por ti. (egoísmo, comparación, victimismo –tu sí, yo no- que disfrazo con cinismo de...
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Alberto Fabra: ¿tener un coach o no tener un coach?, esa es la cuestión

¡Menuda polvareda se ha levantado con que si el Presidente de la Generalitat Valenciana, D. Alberto Fabra, tiene un coach!, ¡Qué si es un inútil, que si para qué lo necesita, que si ese servicio es innecesario, que si el presupuesto es elevado! ¿Cómo entender bien qué es “Coaching” y ver con claridad entre tanta polvareda? Quisiera desde estas líneas aportar un poco de luz sobre la labor que hacemos los coaches, en qué consiste nuestro trabajo y por qué es tan valiosa nuestra labor. Vayamos por partes aclaremos conceptos. 1.- Coach, Coaching y Coachee: El “Coach” es el profesional. La actividad que desarrolla es el “Coaching”. El cliente al que acompaña en los procesos, es el “Coachee”. 2.- Proceso de Coaching, Curso de Coaching y Coacher: Un “Proceso de coaching” es un periodo de acompañamiento, que hace un profesional –Coach-, a un cliente –Coachee-, para que este último desarrolle su talento y su potencial, y alcance un nivel de resultados determinados en lo profesional y/o en lo personal. Un “curso de coaching”, es una formación que puede variar de 30 a 250 horas docentes para capacitar a una persona y que pueda ejercer la profesión. Debe incluir teoría y práctica, con una cantidad de “horas de vuelo” imprescindibles, supervisadas y contrastadas sobre unos estándares de metodología y calidad. El que supera los estudios y demuestra en examen un correcto desempeño en situación real, obtiene una certificación como coach. Decir “tengo un coaching”, es incorrecto; decir “soy coacher”, es incorrecto. Tengo un Coach, es correcto; estoy haciendo un Proceso de Coaching, es correcto. Estoy haciendo un curso de coaching, es correcto y significa que esa persona se está preparando para desarrollar la actividad de forma profesional. 3.- ¿Qué hace un coach?: Acompaña a su cliente en el proceso de identificar modelos mentales y sistemas de creencias limitantes e improductivos. Actúa como catalizador para que su cliente desarrolle aquellos comportamientos, actitudes y nivel de desempeño que le impulsan a rendir por encima de lo que hasta ese momento ha sido habitual. Un coach, nunca da la respuesta, ni dice lo que hay que hacer, tampoco juzga, ni da la solución. Su labor es más valiosa cuanto mayor es el espectro de perspectivas y alternativas que le plantee a su coachee para que éste las sopese y desde la reflexión, tome la mejor decisión en relación a la responsabilidad que tenga...
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