¡Que duro es lo ‘soft’!
Publicado por Borja Milans del Bosch el May 27, 2014 en Noticia | Comentarios desactivados en ¡Que duro es lo ‘soft’! Recientemente leí una afirmación de Daniel Goleman que me dejó reflexionando: “Nos contratan por nuestras capacidades intelectuales (y técnicas) y nos despiden por nuestras incompetencias emocionales”. En RRHHpress.com, un artículo hace referencia a un estudio de ManpowerGroup España. En él, leo: «(…) cada vez más los directivos ponen de manifiesto una serie de déficits en las competencias “soft” o de empleabilidad, como pueden ser la motivación, la flexibilidad, la adaptabilidad al cambio o la capacidad de trabajo en equipo, por ejemplo. A pesar de que los conocimientos técnicos y la experiencia siguen siendo partes primordiales (…), actualmente las organizaciones dotan de mayor importancia a estas competencias en los procesos de selección«. Un poco más adelante, dice: «Sin embargo, una parte considerable de los directivos entrevistados prevé actualmente escasas medidas para compensar la carencia de habilidades que ellos mismos han identificado (…)». Es decir, las competencias que más caras nos salen cuando las descuidamos son las que tienen que ver con la persona: con cómo somos por dentro, con cómo nos comportamos y proyectamos hacia fuera, con nuestros modelos mentales y sistemas de creencias, con aquellas que son clave para relacionarnos con los demás, trabajar en equipo, liderar proyectos y desenvolvernos con personas de todo tipo, edad y experiencia profesional. Adquirir una sólida formación y una experiencia adecuada es cuestión de que le dediquemos tiempo y busquemos oportunidades. Sin embargo, comportarnos desde la empatía, desarrollar la escucha, crecer en emociones e inteligencia emocional, incorporar sistemas de comunicación para el entendimiento, o ser conscientes de la propia forma en que nos expresamos y cómo impactamos en los demás, o cómo acogemos la crítica, se presenta mucho más complicado. Igual que lo es identificar qué barreras mentales nos construimos o cómo fundamentamos nuestros juicios -los que tenemos sobre nosotros mismos y los que lanzamos sobre otros-, tanto más complicado es tomar conciencia de que lo necesitamos cuidar. Esto que es más complejo de lo que parece debemos aprenderlo, ponerlo en práctica, revisarlo y ejercitarlo día a día, de forma permanente. Tener la pared llena de títulos es absolutamente inútil si mi incompetencia emocional me pone contra esa misma pared. Dicho con otras palabras, los conocimientos técnicos -la parte “hard”- nos igualan con otros antes o después en el mundo del trabajo. Son las competencias emocionales -la parte “soft”- las que siempre marcan y marcarán la diferencia. En cualquier ámbito de nuestras vidas, nos a...Leer más