Reinterpreta tu realidad

ATRÉVETE A ENCONTRAR LAS DIFERENCIAS
 EN LOS SIGUIENTES DOS PÁRRAFOS. 

1. No quiero mentir, no hacemos las cosas tan mal. Lo único, es que tenemos la costumbre de no decir lo que queremos decir y la manera en la que nos expresamos no es tan inadecuada. Sin engañarnos, no es tan fácil salir de la dificultad de la comunicación. No es más difícil que entender el modelo mental y no pasar por alto el sistema de creencias desde el que nos movemos y pronunciamos. No hay otro responsable que el inconsciente. Una y otra vez no sabemos cómo transmitir las ideas y mensajes para que no pierdan efectividad y por ello no logramos las metas de entendimiento y acción. No es tan complicado lograrlo, la dificultad pasa por no ser muy pesimista al respecto. No es cuestión de algo superfluo, al contrario, es algo a lo que no le podemos quitar la atención ni un minuto.

DICHO EN OTRAS PALABRAS… 

Positiva2. A decir verdad, hacemos las cosas bastante bien. Lo único que falta es la práctica de decir lo que queremos decir y que la manera en que nos expresamos sea la adecuada. Siendo honestos, es bastante fácil adentrarnos en la complejidad de la comunicación. Es tan fácil como entender el modelo mental y estar atentos al sistema de creencias desde el que nos movemos y pronunciamos. El único responsable es el inconsciente. Una y otra vez podemos lograr la manera de transmitir las ideas y mensajes para que conserven supefectividad y así lograr las metas de entendimiento y acción. Lograrlo es más sencillo de lo que parece y la solución pasa por ser más optimista al respecto. Se trata de algo profundo, así es, es algo a lo que le debemos prestar nuestra atención y el tiempo necesario.

COMUNICAR Y LIDERAR DESDE LO POSITIVO.

Negativo

Verbalizar en positivo lo que verdaderamente queremos decir, y poner el acento actitudinal en nuestras acciones, pasa por desarrollar una nueva perspectiva y alojarla en el inconsciente. La inercia de expresión condicionada por el modelo mental que arrastramos fruto de una “mala educación” y la mentalidad “no-negativa” heredada, hace que nos expresemos de forma limitada, lo que condiciona nuestras posibilidades de hablar, transmitir, compartir y emprender acciones como verdaderamente queremos.

Cuando damos este paso contribuimos además, a movilizar hacia lo positivo a las personas con las que compartimos el día a día profesional. Quien dice “no hemos llegado a los objetivos por un 15%, nos hemos quedado sólo en un 85%”; bien podría decir, “hemos alcanzado un 85% de los objetivos y sólo falta un 15% para triunfar”.

El concepto a transmitir puede ser el mismo, sin embargo lo que subyace, la forma de comunicarnos y la manera en que lo trasladamos al equipo de colaboradores, puede suponer la pequeña gran diferencia entre tener al equipo abatido desde el “nada basta” o tenerlo motivado, siendo capaz de lograr el “hace falta que demos un poco más”.

Positivo

Además, todos respondemos mejor cuando recibimos mensajes que incorporan un mensaje subliminal de capacidad, respaldo, confianza y positivismo que genera entendimiento; nos empuja y nos motiva a dar lo mejor de nosotros mismos. Dicho de forma coloquial, “la palabra positiva nos da vida”, tanto en nuestra vida interior como en nuestra vida pública.

Decirle a un colaborador “tienes que ser honesto…” lleva implícito un mensaje de “no eres honesto” que queda registrado por el inconsciente. En una habitual e inocente verbalización, hemos declarado culpable y sentenciado por falta de honestidad a una persona. Esta sentencia surge desde nuestro modelo mental. Sin embargo, diciendo “Como tú eres honesto…, refuerzas a la persona, refuerzas su autoestima, refuerzas su desempeño y además le animas a seguir en aquella dirección.

TODO HOMBRE PUEDE SER, SI SE LO PROPONE, ESCULTOR DE SU PROPIO CEREBRO. 
(Santiago Ramón y Cajal) 

Este simple y sencillo mensaje, es sólo la punta del iceberg de trabajar algo que hoy en día, es fundamental desarrollar en nuestro quehacer profesional: la capacidad de transmitir en positivo para proporcionar lo mejor de nosotros a los demás y, por supuesto, a nosotros mismos.

El ser humano es positivo por naturaleza, alegre en su esencia, posibilista en sus planteamientos. La razón por la que hablamos desde una estructura del “no-negativo” es porque tenemos más miedo a nuestros brillos que a nuestras sombras. Sentimos pudor de proyectar luz desde nuestra mente y corazón a través de la palabra. Lo que pienso y lo que digo (lo racional) habla otro idioma y se disocia de lo que siento y lo que hago (lo emocional). Es nuestra responsabilidad religarlo; volver a unirlo para operar de nuevo, en positivo.

Al hacerlo, llegaremos a una actitud positiva, a una corporalidad positiva y a una capacidad de comunicar y liderar desde lo positivo, desde lo movilizador.

 

Borja Milans del Bosch. Socio Fundador de Coahcing360. @borjacoach




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