Hadas madrinas o «cordiales tocapelotas».

¿Entonces, me garantizas resultados?

– Sí claro, para eso me comprometo contigo y tu desarrollo.

¿Me prometes que la relación con mis compañeros al trabajar en equipo será mejor?

– Por supuesto, siempre querrán contar contigo.

¿Y seré brillante en mi modo de comunicarme?

– Faltaría mas, tu claridad y persuasión serán notables.

¿Y en mi forma de liderar?

– Un crack, te vas a convertir en un crack. Además, lo vamos a lograr en siete sesiones, o menos… Pero antes de comenzar con el proceso, quiero hacerte tres preguntas, ¿puedo?

– Sí, claro, dime…

¿En qué medida vas asumir tu responsabilidad para hacerte cargo de tu desarrollo sin buscar culpables o entrar en victimismos?

¿Cuánta incomodidad te comprometes a afrontar y superar?, ¿…y cuánto entrenamiento vas a llevar a cabo para cumplir con tus Planes de Acción?  HadaMadrina

Los coaches ponemos nuestro compromiso con los coachees y ofrecemos lo mejor de nuestra experiencia, competencias, habilidades y herramientas para que el proceso de desarrollo sea verdaderamente provechoso. Lejos de que nos consideren hadas madrinas, la verdad, es que nuestro trabajo pasa por ser “cordiales toca pelotas” especializados en provocar y desafiar desde los hechos y las incoherencias.

Si es bueno contribuir a la toma de conciencia de los modelos mentales y sistemas de creencias limitantes, tanto más importante es que el coachee adquiera un verdadero compromiso de trabajo personal enfocado a la mejora. Es aquí cuando además de la reflexión, desafiamos a nuestros clientes para que pasen a la acción y “entrenen” aquello que escogen mejorar y/o desarrollar, hasta incorporarlo como hábito o manera de hacer, y que les lleve a resultados.

Cuando nuestros clientes entrenan –cumplen sus planes de acción- para ganar, para ganarle terreno a su desarrollo, para superarse a sí mismos, es cuando comprobamos que verdaderamente hay potencial y compromiso en el proceso de crecimiento emprendido. Igual que ellos quieren el mejor coach dentro del abanico de elección, también nosotros queremos coachees que sean capaces de ser conscientes y coherentes con su grado de compromiso.

PastillaRojaAzulQueremos clientes (coachees) que quieran entrenar para ganar, y si quieren hacerlo para perder, que como mínimo, sean honestos consigo mismos y dejen de pensar que nuestra labor, es cambiarles de estra
tegia con un toque de barita mágica. Somos incomodadores, y nuestra responsabilidad será lograr que den lo mejor de sí mismos. A partir de ahí, ni hadas madrinas, ni reyes magos. Pastilla roja o pastilla azul, como en Matrix.

Reflexionemos un momento… si entrenamos para ganar, jugaremos para ganar y tendremos más posibilidades de ganar; misma ecuación con perder. Nos preguntamos, cómo entrenan las personas (profesionales al fin y al cabo) que lideran nuestras organizaciones y quieren resultados, copas o medallas de pódium, oscars, goyas, renovación de temporadas, aforos completos o éxitos de gestión, objetivos o bonus… Además, ¿cuanto tiempo de entrenamiento están dispuestos a invertir?, ¿qué nivel de perseverancia ponen en el día a día?, ¿cuántos partidos sabrán perder?, ¿cuántos segundos, terceros, y cuartos puestos sabran aceptar como estímulo o regalo para obtener aprendizaje y volver al terreno de juego de la empresa?Tocapelotas01

¿Qué nos pasa cuando observamos a un gran jugador perder el control en publico?, ¿Lo juzgamos y rechazamos porque “le pagan para no hacerlo”?, ¿qué nos pasa cuando por el contrario, asume con dignidad una derrota y felicita al adversario, pensamos “este sí que es un profesional”? En ambos casos, están entrenando para resultados. Es una cuestión de querer hacer, practicar y perseverar hasta alcanzar los resultados. Por eso contratan entrenadores. Además tienen medidas que permiten evaluar su progresión.

¿Nuestros profesionales, con mayor o menor responsabilidad en la jerarquía, quieren «saber hacer» sin entrenar este tipo de habilidades? Si alguien, con el corazón en la mano, cree que esto se logra de la noche a la mañana, por favor, que compre la varita mágica del hada «Colorín» y que deje de invertir en procesos de coaching.

Nuestro cometido entonces, debemos llevarlo a cabo en un número de sesiones acordadas para evitar dependencia, y es cuando el proceso se convierte en un proceso contrarreloj. Partiendo de que cada persona es un mundo y tiene sus propios ritmos, debemos acompañar a la progresión de cada uno con independencia de los “vicios de entrenamiento” que traiga. ¿En cuántas sesiones se logra eso?

Toca-pelotasEn todo el proceso emergen emociones, muchas. Las que traen bloqueadas y otras que les permiten vivir intensamente el proceso de crecimiento. Aparece la frustración y también la euforia. El miedo y, en ocasiones la tristeza, dejan paso a la sorpresa y la alegría, pues nuestros protagonistas se están descubriendo en su propia piel que sí, que pueden. Están cansados y también muy motivados. Han decidido apostar por el “cordial toca pelotas” y dejar de lado el hada madrina. Ahí radica nuestro compromiso, en ser la mejor red sobre la que puedan saltar.

Para enfrentarse a éxitos y derrotas, a esfuerzos y desgaste, a un largo proceso de entrenamiento en el que sacar a relucir lo mejor que llevamos dentro, es fundamental dejar de lado la comodonería del que le pasa toda la responsabilidad a su coach y abordar un proceso, nos atrevemos a decir, de por vida o en presente continuo.

¿Durante cuánto tiempo acompaña un entrenador al deportista para que llegue a ser deportista de élite? En el mundo de la empresa, parece ser que siete sesiones pueden ser suficientes… podemos estar de acuerdo, si el coachee se moja. En caso contrario, los resultados pueden ser mediocres en términos de eficacia y eficiencia, y podremos haber estado invirtiendo nuestro tiempo y dinero en jugadores de 1ª, para tener resultados de 3ª división.

 

Borja Milans del Bosch

Socio Fundador de Coaching360




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