E = mc2
Existe el bien y el mal, caliente y frío, luz y oscuridad, confianza y miedo. Es como si hubiera un opuesto, un contrario a mucho de lo que vemos y se nos pasa por alto que lo que sucede, es que percibimos la ausencia de lo primero. El mal es la ausencia del bien; el frío es la ausencia de calor; la oscuridad es la ausencia de luz; el miedo es la ausencia de confianza. Sin embargo, hemos ido creciendo en un entorno que nos ha enseñado –y así lo hemos aprendido- que lo segundo es lo contrario de lo primero, como si fuesen fuerzas opuestas que deben convivir en un «raro equilibrio” para que la vida sea vida. Si prestamos atención, subyace el enfrentamiento, cuando lo inteligente y sabio es ver las primeras como unas fuerzas que puestas en juego, generan el bien y la felicidad –anhelo profundo del ser humano- y además evitan que las segundas se extiendan –algo de lo que el ser humano huye permanentemente-. Debido a sus muchos aportes a la ciencia, Albert Einstein es considerado uno de los hombres sobresalientes de la humanidad del siglo XX. Basta con recordar la teoría de la relatividad. Sin embargo, también tuvo la capacidad de poner el dedo en la llaga en otros muchos asuntos que aún son tema de actual debate por todos nosotros, que somos parte de esa misma humanidad Einstein, un hombre que fue un absoluto líder para la humanidad en la vertiente científica; Gandhi, que fue un absoluto líder para la humanidad en la vertiente política, o la Madre Teresa de Calcuta que fue una absoluta lideresa para la humanidad en la vertiente de ayuda al necesitado, les unía un denominador común: El Amor, el amor a lo que hacían, por qué lo hacían, para qué lo hacían, y el resultado que obtuvieron de su apasionado compromiso y acción. Comparto contigo un fragmento de una carta que atribuyen a Albert Einstein y que parece ser envió a su hija Lieserl (no he logrado confirmarlo ni desmentirlo). Un texto que me ha hecho reflexionar más aún si cabe sobre lo anterior. FRAGMENTO DE LA ULTIMA CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los prejuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación. Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor. Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas. El amor es luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego...
Leer másSegway-Coaching: Una nueva manera de hacer coaching
Del 19 al 25 de mayo de 2014 se celebra la III Semana Internacional del Coaching y nosotros te ofrecemos la oportunidad de disfrutar de forma gratuíta de una experiencia de «coaching sobre ruedas» que te cambiará la forma de ver la vida! Te proponemos un reto de comunicación, coordinación, confianza y autoconocimiento mientras disfrutas de un agradable paseo por una de las zonas más bonitas de Madrid, el Parque de Madrid Río… ¿Te atreves? Anímate a explorar una nueva posibilidad de hacer las cosas que te hará descubrir nuevas vías de aprendizaje con dinámicas que te ayudarán a superar las dificultades de tu vida diariaVen con tus amigos intrépidos, socios aventureros, colegas apasionados, clientes indecisos, contactos entusiastas… y aprovecha esta oportunidad y precio únicos *. ¡Escoge la fecha y la hora que mejor te encaja y entra en este formulario para inscribirte! – Viernes, 23 de mayo: de 20 a 22 hrs – Domingo, 25 de mayo: de 10 a 12 hrs *Plazas limitadas. El precio de esta oferta es de 40€ por una sesión de 120 min. o 20€ por una sesión de 60 min. El importe íntegro se destinará a pagar el coste del alquiler del equipo y los gastos de producción, en ningún caso se cobrarán los servicios de coaching. Esta es una iniciativa desarrollada en colaboración con «Coaching para empezar» Te esperamos. ¡Atrévete! …y si quieres más información, entra en...
Leer másReinterpreta tu realidad
ATRÉVETE A ENCONTRAR LAS DIFERENCIAS EN LOS SIGUIENTES DOS PÁRRAFOS. 1. No quiero mentir, no hacemos las cosas tan mal. Lo único, es que tenemos la costumbre de no decir lo que queremos decir y la manera en la que nos expresamos no es tan inadecuada. Sin engañarnos, no es tan fácil salir de la dificultad de la comunicación. No es más difícil que entender el modelo mental y no pasar por alto el sistema de creencias desde el que nos movemos y pronunciamos. No hay otro responsable que el inconsciente. Una y otra vez no sabemos cómo transmitir las ideas y mensajes para que no pierdan efectividad y por ello no logramos las metas de entendimiento y acción. No es tan complicado lograrlo, la dificultad pasa por no ser muy pesimista al respecto. No es cuestión de algo superfluo, al contrario, es algo a lo que no le podemos quitar la atención ni un minuto. DICHO EN OTRAS PALABRAS… 2. A decir verdad, hacemos las cosas bastante bien. Lo único que falta es la práctica de decir lo que queremos decir y que la manera en que nos expresamos sea la adecuada. Siendo honestos, es bastante fácil adentrarnos en la complejidad de la comunicación. Es tan fácil como entender el modelo mental y estar atentos al sistema de creencias desde el que nos movemos y pronunciamos. El único responsable es el inconsciente. Una y otra vez podemos lograr la manera de transmitir las ideas y mensajes para que conserven supefectividad y así lograr las metas de entendimiento y acción. Lograrlo es más sencillo de lo que parece y la solución pasa por ser más optimista al respecto. Se trata de algo profundo, así es, es algo a lo que le debemos prestar nuestra atención y el tiempo necesario. COMUNICAR Y LIDERAR DESDE LO POSITIVO. Verbalizar en positivo lo que verdaderamente queremos decir, y poner el acento actitudinal en nuestras acciones, pasa por desarrollar una nueva perspectiva y alojarla en el inconsciente. La inercia de expresión condicionada por el modelo mental que arrastramos fruto de una “mala educación” y la mentalidad “no-negativa” heredada, hace que nos expresemos de forma limitada, lo que condiciona nuestras posibilidades de hablar, transmitir, compartir y emprender acciones como verdaderamente queremos. Cuando damos este paso contribuimos además, a movilizar hacia lo positivo a las personas con las que compartimos el día a día profesional. Quien dice “no hemos llegado a los objetivos por un 15%, nos hemos quedado sólo en un 85%”; bien podría decir, “hemos alcanzado un 85% de los objetivos y sólo falta un 15% para triunfar”. El concepto a transmitir puede ser el mismo, sin embargo lo que subyace, la forma de comunicarnos y la manera en que lo trasladamos al equipo de colaboradores, puede suponer la pequeña gran diferencia entre tener al equipo abatido desde el “nada basta” o tenerlo motivado, siendo capaz de lograr el “hace falta que demos un poco más”. Además, todos respondemos mejor cuando recibimos mensajes que incorporan un mensaje subliminal de capacidad, respaldo, confianza y positivismo que genera entendimiento; nos empuja y nos motiva a dar lo mejor de nosotros mismos. Dicho de forma coloquial, “la palabra positiva nos da vida”, tanto en nuestra vida interior como en nuestra vida pública. Decirle a un colaborador “tienes que ser...
Leer másLa emoción del enfado
Es bastante frecuente que en programas de coaching, escuelas de negocios, programas in-company, clases magistrales o conferencias, los formadores, coaches o conferenciantes, se refieran a la ira/rabia como una de las emociones básicas, llevando al enfado, el verdadero protagonista del restablecimiento de la dignidad, la rectitud y la legitimidad de la existencia de cualquier ser humano a un lugar en el que pasa desapercibido y es ignorado. Me pasa lo mismo que me pasaba cuando estudiaba marketing y administración de empresas, hace ahora veinte años. En aquella ocasión me dijeron: “la forma más barata de publicidad es el boca-oído”. Carlos, nuestro profesor de Fundamentos de Marketing, insistió un par de veces… ¡¡¡boca-oído!!! …el que diga boca-boca, no sabe de lo que habla ni ha reflexionado nunca sobre el proceso de la comunicación entre personas. El boca-boca lo realizamos exclusivamente en las maniobras de reanimación, sentenciaba con contundencia. La palabra reanimar viene de “re” (volver, otra vez) y “ánima” (alma), reanimar significa volver a poner el alma, devolver el alma al que parece que la ha perdido –está moribundo-. Cualquier emoción experimentada por una persona, le indica que tiene una necesidad o llamada en el alma que debe atender: la “moción”. Esa es la función de las emociones. La tristeza nos avisa de la necesidad de volver al interior (al alma) para amarnos a nosotros mismos y recuperar la sensación de plenitud propia -suele estar asociada a una pérdida-; el asco nos avisa de la necesidad de rechazar algo tras comprobar que nos genera una sensación de desagrado (en el alma) de muy difícil acogida; el miedo es la necesidad de recuperar la sensación de seguridad interior perdida (la del alma) por un acontecimiento externo o por una situación que se escapa de nuestro control; la sorpresa es la necesidad de averiguar más y cómo ajustar nuestra reacción (desde el alma) ante algo inesperado o sobre algo que desconocemos; la alegría es la necesidad de compartir la plenitud y serenidad interior (la del alma) para expandirla a otras personas y, con ello, hacerla mayor y duradera; y, finalmente, el enfado, que es la necesidad de mostrar la incomodidad por una situación o persona que nos genera un desequilibrio de afecto (en el alma) para restaurarlo junto a la dignidad propia perdida. El denominador común de todas estas emociones es la manera en que nos invitan a mirar hacia el interior, a observarnos, a cuidarnos. Nos plantean la necesidad de amarnos a nosotros mismos y procurarnos “auto atención” en las distintas situaciones que vivimos. Las emociones nos ayudan a vivir porque son constructivas. La rabia y la ira son destructivas y van en contra de la integridad humana. La rabia, es propia de los animales, sobre todo de los canes, y se contagia al hombre por la saliva en del mordisco. Al igual que la rabia, la ira está directamente asociada a comportamientos de perdida de control sobre uno mismo con intención destructiva. La rabia y la ira, inducen a la venganza. Una persona rabiosa o iracunda, es rehén de su propio comportamiento, el cual le domina. Cuando algo nos desata la ira, tenemos una profunda tristeza que, queremos compensar con una satisfacción externa inmediata. ¿Y cómo nos satisfacemos? Con un comportamiento de venganza, que a su vez nos proporciona más tristeza, la cual deseamos compensar nuevamente,...
Leer másVolver a los valores
Es frecuente en los medios escritos y de antena, en las tertulias y en los foros de todo tipo, escuchar comentarios de que la situación que atravesamos es consecuencia de una crisis de valores. Parece como si los valores hubieran cotizado en bolsa y su precio se hubiera desplomado repentinamente y de forma inexplicable. Además resulta curioso ver que todos los reclamamos como algo que nos perteneció, como algo que fue nuestro y nos los hubieran arrebatado en un descuido. En ocasiones, también tengo la sensación de que estuviésemos esperando a que vuelvan por arte de birli-birloke, así, de repente, como caídos del cielo, sin hacer nada especial más que esperar pacientemente como quien lo hace en la consulta del dentista. Es habitual encontrarnos con artículos, libros, conversaciones informales, encuentros empresariales, actos políticos, reuniones sociales e incluso de familia, en los que se palpa una permanente nostalgia en este sentido: ¡Tenemos que volver a los valores!, ¡Necesitamos recuperar los valores!, ¡Sólo saldemos de esta si volvemos a los valores! …y llegados a este punto se me dispara una pregunta ¿pero dónde están? Reflexiono si verdaderamente sabemos de qué estamos hablando, qué estamos reivindicando y a qué nos debemos atener para recuperarlos, rescatarlos y volver a tenerlos en nuestro día a día. La primera pregunta que deberíamos hacernos es si somos capaces de tomar conciencia de lo que implica “Volver a los Valores”, qué nivel de compromiso a nivel individual nos requiere este deseo que parece profundo, y qué papel activo estamos dispuestos a desempeñar cada uno de nosotros en esta recuperación. Quiero recordar una expresión muy especial que todos hemos empleado en algún momento de nuestras vidas: “Palabra de Honor”. Dar nuestra palabra de honor significaba que ponías el honor de tu persona como garantía o aval de lo que estabas diciendo y/o haciendo. Era una buena forma de decir: “si falto a mi palabra, mi honor quedará quebrado, mi credibilidad rota y ya no seré confiable”. Junto a la palabra de honor, estaban siempre estrechamente vinculados valores como por ejemplo laintegridad, la lealtad, el compromiso y, por encima de todos ellos, la limpieza de intención en todo lo que hacíamos. Sin embargo, hoy día, dices palabra de honor y la mayoría de las personas imaginan un vestido elegante de unas características determinadas. Me atrevo a decir que aunque todos hablamos de valores –tristemente ya no hablamos de honor- y las veces que lo hacemos, lo hacemos culpando a los demás de su escasez, cuando no de su ausencia. Es como si señalásemos despiadadamente a los culpables de la pérdida, igual que señalamos a otros conductores diciendo lo mal que conducen, sin tomar conciencia de que los otros, desde sus coches, también nos señalan diciendo que nosotros somos los malos conductores. Los valores carecen de forma, de talla o color; además son intemporales. No son algo que nos quitamos y ponemos a conveniencia, los valores se llevan debajo de la piel o no se llevan. Vives con ellos en primera persona o nadie los puede vivir por ti. Podemos entregarlos en todos nuestros comportamientos, actos y formas de interactuar o dosificarlos según un frío cálculo del todo vale en función de lo que nos convenga e interese en cada momento; los sacamos a relucir permanentemente, o los difuminamos y...
Leer másTira del freno de mano
Los que nos dedicamos a este apasionante mundo del coaching, conocemos la importancia que tienen las creencias en nuestras vidas y en las de los demás. Estamos habituados a escuchar, con asiduidad, a nuestros clientes en las sesiones, cuánto les ha limitado mantener tal o cual pensamiento ante determinadas situaciones, pensamiento éste, que les impedía conseguir objetivos que se habían propuesto con anterioridad. Mi reflexión de hoy viene al hilo de un artículo que leí en unas páginas de economía titulado: «Nos programan para ser infelices». Su autor, José Luis Montes, se plantea una creencia, tan extendida como fatua: «el éxito consiste en llegar a lo más alto y ganar mucho dinero». Parece ser que Montes circuló por esa autopista de la vida a gran velocidad, hasta que llegó al convencimiento, que quizás el éxito, está basado en otro tipo de factores que nada tienen que ver con la máxima anterior. Digo circuló por esa autopista, porque gran parte de nuestras vidas pasan así, circulando por carreteras vivenciales a gran velocidad, sin rumbo fijo y sin preguntarnos: ¿qué hago yo aquí?, ¿realmente éste es el camino que quiero recorrer?, ¿he elegido yo algo de lo que me está pasando?, ¿tengo claro que quiero llegar a esa meta?, ¿para qué recorro este camino?, etc. La pregunta en coaching es vital y sin ella no hay coaching, no hay reflexión y no hay destino prefijado. En ocasiones las creencias nos llevan a pasar por la vida sin hacernos este tipo de preguntas y si tenemos suerte y aparece alguien que nos haga reflexionar… digo, si tenemos suerte… igual también tenemos tiempo para tirar del freno de mano y cambiar nuestro rumbo, nuestros objetivos, nuestra velocidad y hasta nuestras vidas. Descubrir que hay aspectos más importantes que el lucro, la fama y la posición, es un ejercicio de madurez, de valentía y de humildad. Tomemos pues el volante y reconduzcámonos hacia el objetivo que verdaderamente deseamos. La reflexión nos ayuda a perseguir nuestros sueños, a analizarlos y a desterrar todas aquellas creencias que nos limitan para alcanzarlos. Si no nos hacemos preguntas, otros tendrán las respuestas, pero nunca nunca serán las nuestras. ¿Vamos a desprogramarnos de la infelicidad y vamos a buscar con fe y ahínco lo que realmente queremos? Respondámonos. Josecho Vizcay –...
Leer másEntrena y desarrolla una mentalidad positiva
Han pasado algunos meses desde que en uno de los hoteles más emblemáticos de España, antiguo hospital de peregrinos del siglo XII, tuvo lugar una anécdota de mano de su directora: “Cuando llegué aquí, la cocina del hotel había decaído de forma alarmante. Algún tiempo después, en un encuentro corporativo de altos ejecutivos de la organización, uno de ellos me hizo un comentario un tanto irónico al comprobar que la cocina se había recuperado y volvía a tener los niveles de calidad acostumbrados: “¡Qué bueno está esto! ¿qué habéis hecho, habéis cambiado de chef?”. Con una amable y serena sonrisa, contesté: “No, es el mismo, pero está contento”. -Y añadió- Desde que he llegado, fomento el positivismo en mi gente. Estar contento: Una de las grandes características de las personas positivas Cualquiera de nosotros (o bien, cualquier equipo) que tenga un espíritu positivo, es capaz de trabajar mejor y rendir más, incluso aunque el contexto sea adverso. De hecho, uno de nuestros refranes nos recuerda de forma sutil que aplicando “buena cara al mal tiempo”, logramos superar los momentos de adversidad y generalmente, con resultados satisfactorios. Algo de razón tendrá tan veterana voz popular… En esto coincidimos con el resto de los mortales: todos queremos un ambiente de trabajo positivo en el que podamos obtener y ofrecer lo mejor de nosotros mismos. ¿Para qué? Para poder dar lo mejor de nosotros mismos y hacer que los proyectos empresariales en los que estamos inmersos continúen a flote en medio de la tempestad actual. Si ya es difícil la situación, como para complicarla con negatividad… Pensemos en algunas situaciones Cuando vamos a un comercio a comprar algo que necesitamos, o cuando mantenemos un encuentro profesional para abordar un proyecto o alguna labor comercial, ¿qué actitud y mentalidad preferimos encontrar en las personas con las que nos relacionamos? Es evidente que todos deseamos tratar con personas que aportan una perspectiva posibilista y optimista; alguien que, entre “verlo imposible” (considerarlo imposible) y “ver lo posible” (considerar nuevas posibilidades), se incline permanentemente en “verlo posible” (considerarlo posible). Ejercer nuestro positivismo puede marcar la diferencia tanto en una relación comercial, como en una negociación o en cualquier tipo de conflicto / situación. Lo mismo nos sucede cuando estamos entre amigos: tendemos a dejar de lado a aquella persona negativa y tendemos a aliarnos a aquellas que nos hacen ver las cosas a través de una óptica esperanzadora y alegre. ¿Piensas que tus clientes van a ser distintos? ¿crees que tus compañeros van a funcionar mejor de otra manera? ¿Y cómo nos expresamos? ¿qué proyectamos desde el inconsciente en nuestro lenguaje?. Otro gran trabajo por delante. Es imprescindible tomar conciencia de lo negativistas que podemos llegar a ser a través de nuestras verbalizaciones. Es mucho el daño que generamos en nuestros equipos (y a nosotros mismos) con tan sólo una frase “dicha como la decimos siempre”. RECONOZCÁMOSLO: tendemos a practicar derrotismo, pesimismo y negativismo. Argumentando que “la cosa está fatal”, posponemos entrar en acción ya que “hasta que la cosa no cambie, es mejor esperar”… y con este discurso nos atrincheramos en la resignación negativa del “realista”. Sin embargo, ese realista se está negando a sí mismo y está negando a los demás miembros de su equipo o...
Leer másLa auto profecía
Queremos compartir contigo una historia que puede conozcas. Nos la envió una gran amiga, y es muy ilustrativa de cómo la “mentalidad de crisis” nos envuelve y nos dejamos llevar por el lado derrotista de la situación, adoptando actitudes victimistas, en vez de reaccionar por el lado responsable y entusiasta para enfocarnos a la oportunidad. En ocasiones nos falta saber mirar hacia adelante con coraje y autoconfianza. La historia dice así: Había una vez una persona que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado atendiendo su negocio y por lo tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía la televisión. Como el negocio marchaba bien, alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón: ‘Compren deliciosas albóndigas calientes’. Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para ampliar las posibilidades de su negocio, y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara. Sin embargo, ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo: «Viejo, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos, ni ves la televisión…?.Estamos sufriendo una grave crisis. ¡La situación es realmente mala; peor no podría estar!». El padre pensó: ‘Mi hijo que estudia en la Universidad, lee los diarios, ve televisión y escucha la radio, debe saber mejor que yo lo que está pasando…’ Redujo entonces la compra de pan y carne, quitó la valla anunciadora, dejo el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más. «Tenías razón hijo mío», le dijo al muchacho. «Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis». MORALEJA: Dejemos de hablar de crisis. Hablemos sólo de establecer buenas relaciones, hacer buenos negocios, buenos trabajos y buenas tareas. Si nos programamos para fracasar, fracasaremos. Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos. Es una simple elección personal. «Para ser exitoso no tienes que hacer cosas extraordinarias. Haz cosas ordinarias, extraordinariamente bien». ¿Qué eliges tú? …tú decides. Además, te proponemos que te fijes un poco en tu manera de pensar tomando esta observación como referencia: «Las mentes brillantes manejan ideas, las mentes corrientes hablan de actualidad y las mentes mediocres hablan de los demás», …¿con qué mente te sientes más identificado/a?, ¿cuántas veces hablas de lo mal que les va a los demás?, ¿cuántas veces recuerdas los fracasos de otros y los traes al presente para justificar tu inacción? Si quieres tener éxito (tú decides el significado de la palabra éxito para ti y tus circunstancias) te proponemos en cualquier caso que reflexiones sobre estos tres pasos: – Muévete a la posición mental y de circunstancias que te ofrezca mayores opciones/posibilidades de ganar (revisa tu modelo mental) – Ajusta tus movimientos e iniciativas hacia lo que hacen/necesitan los otros (contribuye aportando valor y soluciones) – Estate muy alerta a las ventanas de oportunidad que se te abrirán y que te brindan mayores probabilidades de ganar …y por supuesto ¡¡¡Pasa a la acción!!! Lao Tse dijo: “Aquello que la oruga llama el fin del mundo… el resto lo llama mariposa”. Deja de sentirte oruga; comienza a verte como una maripo, …elige ganar y decídete a GANAR. Un...
Leer más¿Envidia sana o Admiración?
Recientemente, tras una intensa sesión de coaching, me dijeron lo siguiente: «Qué envidia más sana -así matizó su expresión- me das al trabajar y dedicarte a algo que te apasiona». Tras esas palabras escuche más cosas –aunque no fueron dichas- y llegué a una conclusión que ahora comparto con vosotros en este blog. En relación con la envidia y partiendo de una definición que a lo mejor, es un poco «dura», se me dispara lo siguiente: Envidia: La necesidad de querer para sí, arrebatar y culpabilizar (o incluso destruir, en casos extremos) a otra persona –desde el ego-, por una posesión, circunstancia, status o dominio no tenido, debido a un sentimiento de amenaza, desigualdad e inferioridad que nos genera y a la incapacidad que tenemos de sentirnos satisfechos con lo propio (material, emocional, espiritual, circunstancial). Partiendo de esta definición, en ningún caso la envidia es buena y, más allá, tampoco cabe la «envidia sana». Ninguna envidia es sana, todas son malsanas, contaminan y nos hacen miserables. Esta emoción sale del ser humano y es tristemente aprendida. La palabra «envidia» viene del latín «in» dentro –> «video» ver => «in-vidia» significa mirada desde dentro con malos ojos. En este sentido, la frase atribuida a Jesús de Nazaret, «Nada que venga de fuera puede contaminarte; sólo lo que sale de ti, lo hace» da sentido al malestar que genera una actitud nociva para las personas y cómo nos afecta en las relaciones con otros, sea en el ámbito en el que sea. ¿Envidia sana? Nunca será sana en tanto haya una mirada deformada, una comparación o juicio subjetivo, un deseo de arrebatar-tener, de destruir por ego en algunos casos, e incluso culpabilizar a otros desde el victimismo y el auto sabotaje. Ningún comportamiento puede ser bueno si va en contra del Ser. Podemos convertir la mal llamada envida sana en “Admiración”, cuando vemos al otro desde nuestro Ser, con el corazón, desde la inteligencia emocional, cuando nos alegramos por sus progresos, circunstancias, ventajas o posibilidades, compartiendo sus logros, emociones, resultados y/o momentos de superación. Cuando somos generadores de espacio de convivencia profesional. La palabra «admirar» viene de AD (añadir, más) y de MIRAR (ver) = Ver más en el otro/a, ver en él/ella lo mejor. P.ej: Qué envidia sana me das por tu promoción a Director/a, cuánto me alegro por ti. (egoísmo, comparación, victimismo –tu sí, yo no- que disfrazo con cinismo de alegría sin sentirla en profundidad) ==> Vs ==> Te admiro por tu promoción a Director/a, cuánto me alegro por ti. (abro espacio generoso al otro, a su éxito, reconozco su valía, mi posición es de serena humildad en trato de igual a igual, no hay comparación ni juicio severo, hay aceptación y franqueza, cabe el aprendizaje, nos expresamos con limpieza de intención). Si bien la envidia es humana y parece innata, es una actitud/comportamiento aprendido que nos amarga el día a día, nos reduce a la miseria interior y nos desvirtúa en cuanto a lo que somos como personas. La envidia en los profesionales, nos impide ofrecer aceptación y crear espacios de generosidad verdaderamente auténticos, lugares donde quepa el trabajo en equipo, el afecto, el reconocimiento mutuo y la admiración de vernos unos a otros alcanzando retos. La envidia, es fruto de una inseguridad aprendida en el núcleo familiar y/o escolar /...
Leer másAlberto Fabra: ¿tener un coach o no tener un coach?, esa es la cuestión
¡Menuda polvareda se ha levantado con que si el Presidente de la Generalitat Valenciana, D. Alberto Fabra, tiene un coach!, ¡Qué si es un inútil, que si para qué lo necesita, que si ese servicio es innecesario, que si el presupuesto es elevado! ¿Cómo entender bien qué es “Coaching” y ver con claridad entre tanta polvareda? Quisiera desde estas líneas aportar un poco de luz sobre la labor que hacemos los coaches, en qué consiste nuestro trabajo y por qué es tan valiosa nuestra labor. Vayamos por partes aclaremos conceptos. 1.- Coach, Coaching y Coachee: El “Coach” es el profesional. La actividad que desarrolla es el “Coaching”. El cliente al que acompaña en los procesos, es el “Coachee”. 2.- Proceso de Coaching, Curso de Coaching y Coacher: Un “Proceso de coaching” es un periodo de acompañamiento, que hace un profesional –Coach-, a un cliente –Coachee-, para que este último desarrolle su talento y su potencial, y alcance un nivel de resultados determinados en lo profesional y/o en lo personal. Un “curso de coaching”, es una formación que puede variar de 30 a 250 horas docentes para capacitar a una persona y que pueda ejercer la profesión. Debe incluir teoría y práctica, con una cantidad de “horas de vuelo” imprescindibles, supervisadas y contrastadas sobre unos estándares de metodología y calidad. El que supera los estudios y demuestra en examen un correcto desempeño en situación real, obtiene una certificación como coach. Decir “tengo un coaching”, es incorrecto; decir “soy coacher”, es incorrecto. Tengo un Coach, es correcto; estoy haciendo un Proceso de Coaching, es correcto. Estoy haciendo un curso de coaching, es correcto y significa que esa persona se está preparando para desarrollar la actividad de forma profesional. 3.- ¿Qué hace un coach?: Acompaña a su cliente en el proceso de identificar modelos mentales y sistemas de creencias limitantes e improductivos. Actúa como catalizador para que su cliente desarrolle aquellos comportamientos, actitudes y nivel de desempeño que le impulsan a rendir por encima de lo que hasta ese momento ha sido habitual. Un coach, nunca da la respuesta, ni dice lo que hay que hacer, tampoco juzga, ni da la solución. Su labor es más valiosa cuanto mayor es el espectro de perspectivas y alternativas que le plantee a su coachee para que éste las sopese y desde la reflexión, tome la mejor decisión en relación a la responsabilidad que tenga o el tema que le ocupe. Un coach trabaja desde la más absoluta confidencialidad y debe cumplir el juramento de secreto profesional. El coach ofrece espacios de reflexión para que el coachee eleve su nivel de desempeño. 4.- ¿Quién contrata un coach? Suele ser el área de Recursos Humanos –desde sus unidades de formación o desarrollo del talento- los que realizan las contrataciones. En ocasiones son solicitadas desde las direcciones ejecutivas o las direcciones funcionales de las organizaciones. Es muy frecuente que los presupuestos de RRHH de las organizaciones contemplen partidas presupuestarias para ello. Cualquier profesional puede contratar a nivel particular los servicios de un coach para acometer objetivos del ámbito profesional o personal. 5.- ¿Para qué tener un coach? Para mejorar el desempeño profesional, para mejorar la vida personal, y en cualquier caso, para lograr elevados niveles de autoconfianza, automotivación y desempeño, tanto en comportamientos como en actitud. Igual...
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